IGLESIA DE SAN FRANCESCO DI PAOLA

Con estas palabras Latuada describe el momento feliz: “Habiendo tomado a los milaneses, no solo de ese circuito, sino de todas las demás partes de la ciudad, devoción al Santo di Paola y compitiendo cada vez más por recibir las SS. Sacramentos, fue su necesidad comprar algunas casas contiguas para formar un pequeño convento. La competencia siempre estaba aumentando y, en consecuencia, la iglesia era menos capaz. Previendo la necesidad de rehacer otro mayor, la condesa Isabella Taverna dejó un legado para tal fin " El proyecto fue realizado por el arquitecto Marco Bianchi, quien también siguió las obras, en estilo barroco pero con una fuerte tensión formal en la búsqueda de la nuevo. La primera piedra se colocó en 1728 con la bendición del cardenal Odescalchi, arzobispo de Milán. Las obras continuaron durante siete años, hasta 1735, cuando se inauguró la iglesia, aunque aún no terminada por completo. De nuevo es Latuda quien nos ofrece, con animadas palabras, la descripción de la inauguración: "Dado que la Iglesia se redujo a un signo de celebrar cómodamente el Divino Ufizi, y San por algunos Sacerdotes Seculares y de las SS. Sacramento al Corso di Porta Nuova, precedido por todas las Cofradías de ambos Ritos, con velas propias, y acompañado en forma pública por los Sesenta Decuriones de la Ciudad, que asistieron al día siguiente de la Gran Misa. Desde entonces, la antigua iglesia permaneció cerrada, y la nueva tenía el título de los dos santos: Anastasia y S. Francesco di Paola ”. El texto continúa con la descripción del interior de la iglesia, de la cual obtenemos información importante de cómo aún no se completó pero a pesar de que todo ya funcionaba. "En el Altar Mayor vemos representado en pintura el modelo del mármol que será" provisto de cuatro columnas, tantas pilastras y varias estatuas encima de los arneses: en medio de él se venera la devota imagen del Santo, miró con cristales ". Como recuerda Monseñor Sironi: “No se completó el proyecto de sustitución del cuadro por la estatua del Santo, así como se descartó el plan de encuadrar la imagen entre cuatro columnas y tantas pilastras. Hacia 1930 se pensó en sustituir el cuadro por un bajorrelieve de bronce con la efigie del Santo (…). Pero no salió nada por diferencias de opinión sobre la conveniencia artística de la sustitución del plástico por la pintura, pero sobre todo por motivos económicos (...) " Pero el mismo altar mayor en el momento de la inauguración de la Iglesia seguía siendo un modelo, faltaba el pavimento, de hecho aún quedaba la tierra batida, y las obras de S. Anastasia se colocaron en las dos primeras capillas, las únicas en funcionamiento: "Se han dispuesto cuatro capillas, de las que hasta ahora sólo se han terminado las dos más cercanas al altar mayor, que representan a Jesús Crucificado y a la Virgen María de los Dolores en estatuas en relieve, como estaban sobre los altares laterales de la iglesia primitiva, que ahora se reduce a servir como residencia privada; “ La estatua de la Virgen María de los Dolores fue sustituida en la ocasión por una de terracota de mejores características y luego por primera vez por una de cartón yeso y, finalmente, por la actual de madera pintada. Aunque los muros seguían siendo toscos y las pilastras sin capiteles, los Padres Minimi estaban contentos con su iglesia y continuaron trabajando en ella para completarla y hacerla cada vez más decente. En el transcurso de un año se iniciaron los trabajos de estuco de las cornisas y capiteles y en 1738 se realizó la escalera exterior. En 1749 se inició la construcción del Altar Mayor que vio la sinergia del artista Giuseppe Buzzi (esculturas y otros elementos decorativos en mármol), de los hermanos Caimi (elementos en bronce y preciosa cruz del frontal tachonado de gemas ahora desaparecido) y de Giovanni Battista Large (dorado al fuego de todas las piezas metálicas). Fueron necesarios doce años para completar la obra, hasta 1763. En la misma época también se realizaron el coro y las alacenas de la sacristía, que destacan por su maestría en el tallado y la taracea. Al mismo tiempo prosiguieron las obras del Convento y los anexos a la Iglesia: “... La sacristía; el campanario; parte del Convento; la biblioteca erigida sobre la superficie ocupada por el coro y el Altar Mayor, la puerta de entrada a la actual Via Montenapoleone, entonces llamada Contrada di Sant'Andrea; el hermoso corredor que conduce a la base de la escalera, protegido por un lado por una barra de hierro forjado de elegante diseño y perfecta ejecución ". La escalera conduce a las cuatro plantas del edificio y al amplio y prestigioso salón de la Biblioteca.