Basilica Santa Marìa de Uribarri

El magnífico templo de Santa María de Uríbarri es una fundación medieval intramuros de la villa de Durango. Su asentamiento frente a las calles de la villa y dominando el acceso a la misma desde Bilbao, ha sido siempre referencia fundamental del municipio.La iglesia actual refleja en su fábrica dos momentos diferentes. La fábrica original es gótico-renacentista, de fechas próximas al año 1500; la otra es barroco-clasicista de finales del siglo XVII. Del edificio primitivo queda el planteamiento general,toda la cabecera, los tres vanos apuntados, la bóveda de esquema estrellado, la torre y el coro, que está perfectamente identificado dentro del estilo Reyes Católicos. La fábrica nueva es una magnífica obra; una de las más monumentales de la arquitectura barroco-clasicista del País Vasco. Sobresale la calidad de los elementos sustentantes internos: pilas clasicistas cruciformes y pilastras corintias de mucho efecto plástico.El espacio interno del templo recuerda los planteamientos de muchos templos góticos del siglo XVI: tres naves, notablemente más desarrollada en anchura y altura la mayor, y otras dos menores escalonadas a ambos lados de la mayor. Se remata en ábside poligonal, que afecta sólo a la nave mayor, y se cubre con una bóveda de crucería estrellada. Las naves menores emplean crucería simple de nervios diagonales. El templo dispone de dos accesos muy destacados a nivel provincial. El principal, a los pies, se cobija bajo un enorme pórtico arquitectónico. Es un bello ejemplar de diseño austero, clasicista, planeado para abovedarse sobre cuatro pilares preparados para recibir la crucería. El otro acceso, el secundario, se abre al lado de la Epístola y se protege bajo el pórtico de madera.Se trata de una de las mejores obras de carpintería de Bizkaia, y el espacio que cobija ha constituído siempre un área de relación de mucho interés en Durango. El mueble más importante del templo es su retablo mayor, de 1578, formidable máquina romanista que cubre todo el testero absidial. La obra se documenta en el escultor Martín Ruíz de Zubiate, retablista bien documentado en Castilla y aún en el País Vasco. Santa María de Uríbarri ocupa un punto focal dentro de la puebla medieval, en un extremo de la población. Forma "pendent" con el templo barroco de Santa Ana, que junto con el Arco de su mismo nombre, se ubican en el lado opuesto del casco histórico. Resulta hoy, después de las diversas reformas y añadimientos, un edificio de pretensiones monumentales. En primer lugar es un edificio grande, uno de los mayores de Bizkaia, y después, es un templo rico, cuya riqueza proveniente de sus propias rentas y de donaciones particulares.