Nada más entrar encontramos la sala del vestíbulo y justo detrás la Sala de mármol, donde Federico II recibía sus invitados. Ambas adornadas con columnas de estilo corintio, y motivos dorados por doquier. El resto del Palacio son habitaciones específicas, una sala de conciertos, una biblioteca, la habitación de rey y la de los invitados, como por ejemplo la de Voltaire que sigue llevando su nombre.
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