La Loba Capitolina, Luperca, es una figura clave en la historia de Roma. Según la mitología, una loba encontró a dos gemelos, Rómulo y Remo, a orillas del río Tíber. La criatura, contrariamente a su instinto carnívoro, amamantó y crio a los dos niños que acabarían fundando la ciudad de Roma en la colina del Palatino.
Desde los inicios de Roma, la Loba Capitolina fue un poderoso símbolo de la ciudad. Puede que incluso antes de la propia Roma, pues se cree que esta simbología podría ser de origen etrusco. Como la escultura más representativa de Luperca amamantando a Rómulo y Remo conservada en los Museos Capitolinos. De la cual tenemos una pequeña réplica en la Plaza del Campidoglio, en la cima de Roma vigilando lo que han sido capaces de crear sus cachorros.
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