Está levantada sobre un antiguo templo medieval, fué reformada en el siglo XVIII y sufrió daños durante la guerra civil. Es conocida como la iglesia de Arriba. Llama la atención por su gran volumen, un vistoso campanario de tres pisos escalonado, su exterior de piedra de color rojiza y en el interior Las Vidrieras de los franceses Maumejean con los cuatro evangelistas y las pinturas del asturiano Casimiro Baragaña.En el pequeño jardín situado frente a la iglesia se localiza una escultura obra de Felix Alonso de Don Pelayo como guerrero.
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