De especial interés artístico cultural son los arcos del ingreso de la iglesia por ser los originales del primer templo de época cruzada restaurados en 1948 – 49 por el arquitecto italiano Antonio Barluzzi que reutilizó los restos de capiteles y columnas rotas para crear un espectacular claustro. En este mismo espacio podemos admirar el bajorrelieve realizado con las figuras de San Jerónimo, San Eusebio, Santa Paula y Santo Eustoquio, realizado por A. Moret, donado por el Papa Juan Pablo II en ocasión del Jubileo del año 2000. Otros restos de aquella primera iglesia de época cruzada se pueden admirar en la parte norte del interior del Monasterio de los Franciscanos.
También debemos destacar el Bautisterio de mármol con forma de concha sostenida por un Ángel esculpidos en Palermo en 1754 y el cuadro pintado por François Lafon en 1888 que preside el antiguo órgano obra de Fr. Delfín Fernández de la Oficina de San Salvador de Jerusalén.
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