Existen dos santuarios dedicados a la Virgen. El primero, una iglesia de origen románico, que quedó muy dañada por un incendio que tuvo lugar la noche del 8 al 9 de septiembre de 1972. Se destruyó buena parte del edificio y lo que había en el interior como la talla de la Virgen original, documentos antiguos y las reliquias. En 1994 Se decidió reconstruir a imagen de la primera y hoy en su interior se puede ver una exposición permanente con objetos y fotografías que cuentan su historia.
El santuario más moderno y emblema del país, es de visita recomendada cuando venís al pequeño país de los pirineos por su originalidad y belleza.
Fue construido entre 1974 y 1976, bajo el proyecto del arquitecto Ricardo Bofill. Es un edificio en el que se mezclan varios estilos arquitectónicos: el románico, que lo encontramos en el campanario, como el de las iglesias románicas catalanas de los pirineos. La arquitectura islámica en el patio del claustro y el estilo renacentista en la planta del templo.
Los materiales utilizados para su construcción, con la idea que quedará un edificio integrado en la naturaleza y la belleza del paisaje fueron: pizarra de piedra y cobre para los recubrimientos en azoteas y la torre.
En su interior nos encontramos una decoración más bien austera, el techo y el suelo son de color blanco que simbolizan la nieve, una vidriera espectacular que separa la iglesia del claustro, las tallas de los santos patrones de cada parroquia y una replica de la talla de la Virgen de Meritxell, que como os contábamos en estas líneas, la original se quemó en el incendio de 1972.
Actualmente, este santuario forma parte de la ruta Mariana, junto a otros cuatro templos españoles y franceses.
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