El gesto más característico que hacen los peregrinos en la Basílica antoniana. Además de expresar la necesidad de un contacto concreto con el Santo, es un gesto de confianza y de fe, acompañado de la oración silenciosa del corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario