El templete, El rito del Baño de la Stma. y Vera Cruz en agua es, sin duda, el más antiguo de todos cuantos se hacen con la Santa Reliquia. Su origen se remonta muy posiblemente al siglo XIV, 1384 según Robles Corbalán, y da lugar a las Fiestas en Honor a la Stma. y Vera Cruz.
En un primer momento, ya que la ceremonia del Baño siempre se ha hecho en el mismo lugar, por ser donde confluyen las arterías de riego más importantes de Caravaca, no existía ningún monumento o similar en el sitio donde se bañaba la Sta. Cruz solo la acequia donde confluían dichas arterias de riego. Sin embargo en el siglo XVI sí se conoce ya la existencia de un Humilladero (especie de monumento dotado por lo general de una Cruz, en nuestro caso de piedra, y que se colocaba a la entrada de algunas poblaciones cristianas), en esta zona, el cual se estableció como bañadero de la Reliquia.
Ya en el siglo XVII, y dada la importancia religiosa que había alcanzado el Baño de la Cruz, se empieza a pensar por parte del Ayuntamiento y la Cofradía de la Cruz en adecentar y conservar el Humilladero, y se hace una capilla con techumbre de madera a dos aguas sostenida por pilares, que guarecía la Cruz del Humilladero.
En 1761, y dado el deterioro de la capilla existente, se manda presupuesto al Duque de Parma solicitando ayuda económica para la construcción de una nueva Capilla del Baño. Como el estado del edificio amenaza ruina, el Ayto. no espera contestación, y encarga los planos de la nueva obra al arquitecto murciano José López, los cuales fueron presentados y aprobados por el Ayto. el 2 de junio del año siguiente, trasladándose el arquitecto a la ciudad para el comienzo de las obras.
El maestro concibió un edificio de planta central en la que se inscribe un hexágono cuyos ángulos son columnas de orden dórico, adosadas a pilastras sobre las que corre el entablamento. El Templete está formado por 4 cuerpos: el podium, en que se apoya el edificio y del que sobresalen los pilares; el cuerpo principal que cierra el espacio y configura el monumento; la cúpula sobre tambor cubierta con teja árabe y, por último, la linterna dotada de seis vanos y que intenta dar a la obra una mayor esbeltez. Se trata de una edificio barroco rozando ya el neoclasicismo, y en él se sigue celebrando año tras año el rito del Baño de la Cruz cada 3 de mayo, por lo que también se conoce con el nombre de Bañadero.
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