Sólo un pobre sacerdote
"Mi hermano había sido amenazado varias veces por la mafia. Pero con nosotros familiares no hablaba de ello o minimizaba la cosa. Cuando nos enterábamos, a través de la prensa, de las amenazas que había sufrido, nos decía que no era nada, que no nos preocupáramos. Él decía: "¿Al final qué me van a hacer? Sólo soy un pobre sacerdote. ‘A lo sumo pueden matarme’, y lo decía sonriendo, casi bromeando".
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