Los orígenes del icono, así como la fecha de su composición, suscitan aún acaloradas discusiones entre los especialistas. La dificultad en datarlo radica en el hecho de que la imagen original fue repintada después de un serio daño hecho por expedicionarios husitas en 1430. Los restauradores del Medioevo no estaban familiarizados con el método encáustico de pintura del original, por lo cual las pinturas aplicadas por ellos dañaron ciertas áreas del cuadro ("simplemente deshizo la imagen", de acuerdo al cronista medieval Risinius), por lo que su solución consistió en borrar la imagen y repintarla sobre la madera original, la cual se consideraba sagrada por su origen legendario como mesa de la casa de la Sagrada Familia.
La pintura desarrolla una tradicional composición bastante conocida en los iconos de la Iglesia ortodoxa. Se muestra a La Virgen María como la "Hodegetria" ("La que muestra el Camino"). En el icono, la Virgen dirige su atención fuera de ella, señalando con su mano derecha a Jesús como la fuente de la salvación. A su vez, el Niño extiende su mano derecha hacia el observador en señal de bendición, levantando un libro con los evangelios en su mano izquierda. El icono muestra a Nuestra Señora con un manto adornado con flor de lis.
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