(Capilla antes de la restauración).
Yo te saqué de la esclavitud de Egipto hundiendo al Faraón en el mar Rojo; y tú me entregaste cautivo a los príncipes de los sacerdotes.
Oremos.
Te pedimos, Señor, que rompas las ataduras de nuestros pecados para que, libres de la cárcel de este cuerpo, merezcamos gozar de una perpetua libertad. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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