Los soldados se hicieron cargo de Jesús y lo sacaron del Pretorio; y con la Cruz a cuestas, llegó al lugar que se llama Calvario (en hebreo, Gólgota), donde lo crucificaron.
Oremos.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que a la hora sexta, por la redención del mundo, subiste al patíbulo de la Cruz en ESTE Calvario, y derramaste tu preciosísima Sangre para remisión de nuestros pecados: te rogamos humildemente que, después de nuestra muerte, nos concedas entrar gozosos en el Paraíso.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
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