Dejadas las dos casas de la niñez y de la juventud de Francesco Forgione (Padre Pío), subimos ahora, la escalinata que conduce al sitio más elevado del pequeño barrio del «Castello».
Y aquí, donde se puede ver un panorama lujurioso de las colinas del Sannio, está la Iglesia de Santa Anna.
Es la Iglesia más antigua de Pietrelcina y en el tiempo del pequeño Francesco Forgione (Padre Pío), era la Iglesia parroquial.
Entrando en la Iglesia, vemos, sobre la pared detrás el altar, un gran cuadro que representa a la Virgen de Loreto.
A la izquierda del altar está el baptisterio, construido en raíz de nogal. Aquí fue bautizado, el 26 de mayo de 1887, Francesco Forgione. La madrina era la misma comadrona Grazia Formichelli.
En la segunda capilla a la derecha del altar mayor, debajo del altar de Santa Anna, están las reliquias del mártir S. Pio, traídas a Pietrelcina en 1801.
Y Francesco Forgione elegirá el nombre de este mártir para su vida religiosa.
Esta iglesia es uno de los lugares más importantes para el itinerario místico del Padre Pío.
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