Es en el mes de noviembre cuando tienen lugar las diferentes fiestas patronales de la ciudad en honor a San Jaime y a la Virgen del Sufragio, uno de los actos más impresionantes de las fiestas es la escenificación del hallazgo entre las cenizas de la Virgen con el Niño Jesús en brazos.
Y es que, según la leyenda, los vecinos de Benidorm vieron la llegada a sus costas de una pequeña embarcación sin tripulación alguna. Se pensó que tal desaparición fue causada por la peste y esto hizo que la población sintiera pavor del pequeño barco. Por ello se decidió quemarlo sin retirar nada, pero cuando las llamas se apagaron los niños comenzaron a buscar hierros y clavos entre las cenizas y lo que hallaron fue la imagen de la Virgen intacta que el barco había traído en su popa.
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