La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, más conocida como san Francisco el Grande, elevada a la categoría de basílica menor por Juan XXIII en 1963, es lo único que se conserva de un convento franciscano madrileño que, según la leyenda, fue fundado por el propio san Francisco de Asís a comienzos del siglo XIII, durante su estancia en Madrid en peregrinación a Santiago de Compostela, como una humilde estancia de habitación de ramas y barro al lado de una ermita dedicada a santa María, extramuros de la ciudad, junto a la Puerta de Moros, y que a fines del siglo XIV fue sustituida por otra mejor que primero se puso bajo la advocación de Jesús y María y después ya adoptó la definitiva de Nuestra Señora de los Ángeles y san Francisco.
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