Bajo el pabellón principal de la abadía se sitúa la Cúpula subterránea dedicada a la Tránsito de la Virgen construida en lugar que la tradición cristiana sitúa la casa donde sucedió este evento, cuando la virgen María se durmió en el sueño eterno y subió a los cielos. La cúpula se alza sobre una serie de columnas dispuestas en círculo, en cuyo centro está la escultura de la virgen durmiente, esculpida en madera, con las manos y el rostro de fino marfil obra del hermano Radbod Commandeur OSB. El techo de la cúpula también está decorado con un precioso mosaico de Jesús con los brazos abiertos que recibe el alma de su madre.
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