La hermosa pila bautismal de la basílica de san Pedro se encuentra en la primera capilla a la izquierda de la nave, paralela a la capilla derecha donde se encuentra la famosa Piedad de Miguel Ángel.
Esta fuente bautismal es un claro ejemplo de reciclaje y de reutilización antiguo. La obra fue diseñada por Carlo Fontana entre 1692 y 1697.
El arquitecto y escultor reutilizó para la fuente bautismal el sarcófago de pórfido rojo que, según la tradición, procedía de la tumba del emperador Adriano. Ésta se encontraba en su mausoleo, el Castel San’Angelo y posteriormente se reutilizó como cubierta de la tumba de Otón II, que se encontraba en el atrio de la antigua basílica de san Pedro.
En general para los emperadores se usaba el mármol de color casi púrpura que representaba al imperio; pero para Otón II decidieron reutilizar el sarcófago de pórfido rojo, ya que popularmente se lo conocía como Otón el rojo. Una denominación, que según algunos biógrafos, proviene de un evento dramático.
En realidad toda la capilla fue diseñada por Carlo Fontana, decorada con mosaicos de Baciccio y luego completada por Francesco Trevisani. Detrás podemos ver el enorme mosaico de la escena del bautismo de Cristo en el Jordán, copia de la obra de Carlo Maratta, que se encuentra en la basílica de Santa Maria de los Ángeles y de los Mártires.
A la pila bautismal, Fontana le agregó una rica tapa de bronce dorado de estilo barroco con dos ángeles y coronada con el «Agnus Dei».
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