La cruz del peregrino es una medalla con forma de la Cruz de Tierra Santa que aún hoy se concede a quienes viajan a Tierra Santa y la solicitan explícitamente.
Esta condecoración religiosa fue instituida por el papa León XIII en 1900, por lo que recibe el nombre de Condecoración del papa León XIII o Cruz Leonina. La medalla, que en el último siglo ha acompañado y protegido el regreso de los peregrinos a su patria luego de su viaje a la tierra de Jesús, sigue representando hoy un importante símbolo de devoción y veneración hacia los Santos Lugares.
La entrega de la medalla, tras la peregrinación a los Santos Lugares y una donación, permite a la Custodia ayudar económicamente a las personas y las realidades de Tierra Santa, devolviendo la totalidad de estos donativos a los pobres y necesitados de las comunidades locales.
Christi Amor Crucifixi traxit nos: “El amor de Cristo Crucificado nos ha atraído”. Estas palabras participan del espíritu de San Pablo, que dice a los Corintios: “pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado” (1Cor 2,2). Una peregrinación a Tierra Santa no es más que esto: la confesión de fe en Cristo muerto y resucitado, en una tierra que él recorrió a pie.
El diploma
La medalla va acompañada de un certificado que imita un pergamino (de aproximadamente 42 x 30 cm). A lo largo del marco, realizado y rodeado de flores y racimos estilizados, se pueden reconocer:
el Emblema de la Custodia de Tierra Santa (arriba en el centro);
el Edículo del Santo Sepulcro – Jerusalén (arriba a la derecha);
la Basílica de la Transfiguración – Monte Tabor (abajo a la derecha);
la Gruta de la Natividad – Belén (abajo en el centro);
el Cenáculo – Jerusalén (arriba a la izquierda);
la Basílica de la Agonía – Jerusalén (abajo a la izquierda).
El significado del texto impreso, íntegramente en latín, es el siguiente:
Fray N.N. ofm, guardián del S. Monte Sion y del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo, Custodio de toda la Tierra Santa y humilde siervo de Dios, al Señor [a la Señora, a los Señores] N.N. por nosotros amado [amada, amados] en Cristo. Ya que, por autoridad apostólica, se nos ha concedido la facultad de otorgar a los fieles una medalla conmemorativa de una peregrinación piadosa a los Santos Lugares, mediante este reconocimiento de honor (de bronce, plata u oro), hemos decidido honrar el celo de tu [vuestra] devoción, gracias a la cual has venido [habéis venido] aquí para venerar los Santos Monumentos de la redención humana, para que los frutos y la memoria de este sagrado camino realizado vivan para siempre en tu [vuestro] corazón.
Dado en Jerusalén el día… del mes… del año…
La medalla del papa León XIII es otorgada por el Rvdmo. Padre Custodio de Tierra Santa junto con el certificado de concesión mencionado anteriormente. Está reservada a los peregrinos católicos que:
Peregrinan físicamente a los Santos Lugares
Contribuyen mediante una donación al sostenimiento de la Iglesia local
La condecoración del papa León XIII quiere precisamente ser un certificado de la peregrinación vivida en la tierra de Cristo, por consiguiente no es posible conceder la medalla a quien no es o no ha sido nunca peregrino en Tierra Santa, ya que el certificado da testimonio de la visita y de la devoción a los Santos Lugares. Por estas mismas razones, cualquier otra Medalla de Peregrinación a Tierra Santa (independientemente de su forma, tamaño o material), si no ha sido concedida directamente por la Custodia de Tierra Santa, es ilegítima y no está autorizada.
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