En una de las salas del imponente Monasterio de los Jerónimos, ubicado en el barrio de Belém, descansan los restos del poeta portugués Luis de Camoes, sobre un túmulo neomanuelino, en armonía con el estilo arquitectónico del lugar y de la tumba del explorador Vasco da Gama, que se encuentra a pocos metros.
Camoes, autor de Os Lusíadas (1572), falleció en Lisboa en 10 de junio de 1580, a los 56 años. Según narran las crónicas de aquella época, un amigo cercano suyo tuvo que pagar la sepultura, él atravesaba una enfermedad terminal y vivía acuciado por la pobreza. Sus restos fueron llevados a un lugar pequeño, cerca del convento de Santa Ana, pero se perdieron en el terremoto de 1755.
En honor a su figura, que fue determinante en la literatura portuguesa, se construyó este monumento y otro en el Panteón Nacional.
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