La tradición ha situado el recuerdo evangélico en diferentes lugares; pero a principios del siglo XVI, los peregrinos encuentran en Kfar Kanna una habitación subterránea a la cual se accede desde el interior de un edificio con columnas que ellos creían que fuese una iglesia construida por el emperador Constantino y su madre santa Elena. También se han encontrado tinajas muy grandes. Algunas se han podido reconstruir como la de la foto. Dan idea de lo grandes que pudieron ser las que se llenaron de agua y el Señor convirtió en vino.
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