Al interior de la iglesia de la Santa Scala, en la que se conserva la Escalera Santa que la emperatriz santa Elena hizo llevar de Jerusalén a Roma en el año 326; precisamente hacia donde la Escalera se dirige y termina en su parte superior, se localiza la capilla conocida como el Sancta Sanctorum de la ciudad de Roma, que en su interior resguarda la Imagen acheropita del Salvador, venerada con solemnidad el Domingo de Pascua de cada año.
En esta capilla del Sancta Sanctorum se encuentra también una parte del mueble, conocido como triclinium, que sirvió como lecho o asiento en el que Jesús se recostó para comer la Pascua; recostados Él y los apóstoles, según las tradiciones hebrea, semita y grecorromana.
El relicario que contiene el Asiento de Jesús consiste en un delicado marco de madera que presenta la inscripción en latín Pars Lectium In Quo D. N. Feria V In Coena Recuibuit, que se traduce como: Asiento de Nuestro Señor usado el jueves en la Última Cena.
“Cenaré con él, y él conmigo”
Contemplar, y meditar en esta reliquia que se conserva en la Urbe, puede conducir al creyente a una experiencia vivencial de esa realidad que subsiste en el interior de todo ser humano que con devoción quiera atender las Palabras del Señor, que promete: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 2,20).
Esto sucede toda vez que el espíritu provoca querer ser el sitio donde Jesús pueda cenar, en la casa de cada quien, que es el corazón donde Él quiere cenar la Pascua, siempre que se le abra la puerta de la propia vida para que Él nos acompañe en el camino de nuestra historia.
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