Santa María in Trastevere es considerada la basílica más antigua de Roma. Se encuentra en uno de los barrios más pintorescos de Roma, dónde las noches se llenan de turistas y romanos, para una bebida o una simple caminata. Pero lo que muchos no saben es que la basílica nació después de un hecho milagroso que sucedió hace más de 2000 años. Se trata del milagro de la “Fons Olei”.
La “Fons Olei”
Antiguamente en lugar había un hospedaje para militares ancianos (jubilados), llamada la Taberna Meritoria.
Aquí improvisamente brotó del suelo una fuente de aceite, como lo atestiguan la crónica antigua: “el líquido corrió como un ancho arroyo hasta llegar al Tíber por todo un día y una noche”.
Al costado del altar se puede ver el lugar dónde surgió la fuente.
Pasaron los años y siempre se tuvo presente en la memoria de la gente este hecho milagroso que fue llamado “Fons Olei”.
Los cristianos vieron el prodigio como el anuncio de la venida de Cristo.
San Girolamo en el año 38 d. C. dijo lo siguiente al respecto:
«En la taberna Meritoria en Trastevere, el aceite brotó de la tierra todo el día sin interrupción, significando que la gracia de Cristo vendría a la gente»
La fundación de la basílica
Más tarde en la época del emperador Alexandro Severo (222-235), surgió una disputa por la posesión de la taberna entre los gestores del lugar de hospedaje y los cristianos.
El emperador cedió el lugar a estos últimos alegando que: “un lugar de oración valía más que una taberna”.
Estas dos historias están representadas en los mosaicos del ábside de la basílica realizado por Pietro Cavallini, al pie de la imagen de la Gruta de la Natividad.
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