En los museos Vaticanos – Museo Pío Clementino, Sala en Cruz Griega, podemos admirar un magnífico sarcófago de pórfido rojo: el sarcófago de Santa Elena, es decir de la emperatriz Elena, madre de Constantino el Grande y, según la tradición transmitida por la Leyenda Dorada de Jácopo da Voragine, descubridora de la Vera Cruz de Cristo y otras reliquias de la pasión.
Este sarcófago llama la atención no sólo por sus grandes medidas (242 cm de alto x 268 x 184) sino también por su decoración que parece más apropiada para un caudillo que para una emperatriz. De hecho sus altorrelieves nos muestran soldados romanos a caballo en el acto de capturar y aprisionar bárbaros. Por este motivo se cree que inicialmente estuviera destinado a Constancio Cloro, consorte de Elena y padre de Constantino, o incluso al mismo Constantino. En cualquier caso, el uso del pórfido nos dice que estaba destinado a la familia real, tradición empezada por el mismo Constantino, y que fue realizado en Egipto donde había canteras de este tipo de mármol, o por artistas procedentes de esa zona.
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