Sobre el altar hay un baldaquino con dos hermosos relicarios en el que se conservan las cabezas de san Pedro y san Pablo. Además de las cabezas de los dos apóstoles otra preciosa reliquia es conservada en la basílica, un fragmento de la mesa en la que, según una leyenda medieval, Jesús habría consumido con los Apóstoles la Última Cena.
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