El marqués de Sade escribió que «un sacerdote alemán de esta casa ha construido un monumento fúnebre digno de una mente inglesa». En este lugar, formado por un corredor de unos treinta metros de largo, actualmente flanqueado por seis salas, se reunieron los restos mortales de unos 3.700 difuntos, en su mayoría frailes capuchinos. Según dice la tradición, la tierra de este cementerio es tierra santa, traída aquí desde Palestina o, incluso, desde Jerusalén.
LA CRIPTA DE LOS TRES ESQUELETOS
La cripta alberga tres esqueletos juveniles, símbolos de la precariedad de la vida y de la muerte universal. Decorada con huesos en complejos motivos florales, la cripta alberga frailes capuchinos difuntos y una figura central, probablemente una princesa Barberini, que sostiene una guadaña y una balanza para representar la muerte y el juicio divino. Las lápidas conmemoran a frailes venerados por su santidad, lo que confiere al entorno un profundo valor simbólico e histórico vinculado a la familia Barberini.
LA CRIPTA DE LAS TIBIAS Y LOS FÉMURES
La cripta está decorada con detalles fascinantes y simbólicos. Las paredes laterales tienen nichos con estatuas de capuchinos, entre ellos el venerado Hermano Antonio de Cantón y el Padre Raimundo de Olot, conocido por su traducción de la biografía de San Francisco al árabe. Montones de huesos y calaveras adornan los arcos y capiteles. La pared del fondo y la bóveda están ricamente decoradas con huesos y cráneos, con motivos florales y cruces de vértebras. Un candelabro macizo y un juego decorado con un hueso sagrado y una calavera alada completan la ornamentación.
LA CRIPTA LAS CADERAS
Las paredes laterales de la cripta contienen capuchinos tumbados bajo arcosoles, mientras que la pared del fondo presenta una composición de huesos y cráneos. Tres capuchinos están representados en nichos, el central bajo un dosel decorado con huesos y vértebras, rematado por cráneos y rosetas. La bóveda está decorada con bandas cruzadas de cuencas, vértebras y huesos largos, rematadas por estrellas de ocho puntas. En el centro, el rosetón se compone de escápulas y vértebras. Las cruces laterales hacen referencia a los instrumentos de la Pasión de Cristo y marcan la sepultura de siete capuchinos.
LA CRIPTA DE LAS CALAVERAS
La cripta está adornada con capuchinos yacentes y de pie dentro de nichos decorados con calaveras y huesos. En la pared del fondo hay un reloj de arena alado, que simboliza el paso del tiempo. La bóveda está decorada con bandas de fíbulas y húmeros y tiene una esfera central decorada con flores y costillas. Unas cruces en el suelo señalan el enterramiento de siete capuchinos. El corredor está adornado con triángulos formados por mandíbulas y un rosoncino hecho con huesos de hombros, mientras que la araña está suspendida de una estrella de ocho puntas.
LA CRIPTA DE LA RESURRECCIÓN
La cripta está decorada con cráneos, fémures y tibias en arcosoles triangulares que albergan dos capuchinos. La bóveda está decorada con rosetas de huesos sagrados, cornisas de vértebras y arcos formados por costillas. El suelo marca el enterramiento de siete religiosos. La pared del pasillo presenta corazones coronados y escudos de armas, con una calavera que emerge de cuencas. Al fondo, un lienzo representa la resurrección de Lázaro, símbolo de la esperanza en la resurrección y la vida eterna.
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