Basilica de Santa Práxedes donde recogió los restos y la sangre de miles de mártires
Ubicada en el Rione Esquilino, construida por voluntad de papa Pascual I en el siglo IX y restaurada varias veces con alteraciones en su carácter primitivo. Una vez cruzado el porche de acceso a través de vía de San Martino ai Monti y el vestíbulo de gradas, encontrará un atrio descubierto que precede a la fachada y que conserva los restos de la columnata de la basílica cristiana primitiva. La fachada tiene tres ventanas arqueadas en la parte superior y, a los lados, las columnas del antiguo nártex.
El interior estaba originalmente dividido en tres naves por dieciséis columnas de granito que regulaban directamente el entablamento. Cuatro de estas se incorporaron más tarde a los pilares de refuerzo, en los que se colocan tres grandes arcos transversales, decorados con frescos con "Historias de la Pasión", y figuras de "Apóstoles" de principios del siglo XVII.
En el centro del piso, un disco de pórfido cubre un pozo donde, según la leyenda, Santa Praxédes recogió los restos y la sangre de miles de mártires.
No te pierdas la Capilla de San Zenón, el monumento bizantino más importante conservado en Roma, erigido por deseo de Pascual I como tumba monumental para la madre Teodora e inspirada en los mausoleos clásicos. En el interior hay espléndidos mosaicos con figuras de santos desde las paredes hasta culminar en la bóveda con la figura del Salvador dentro de un medallón.
En la parte inferior de la nave principal, en el arco triunfal y en el ábside se pueden admirar otros mosaicos de la época de Pascual I.
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