Es típico el caso de las catacumbas de San Calixto: la Iglesia asumió directamente su administración y organización, con carácter comunitario.
Con el edicto de Milán, promulgado por los emperadores Constantino y Licinio en febrero del año 313, los cristianos dejaron de sufrir persecución. Podían profesar su fe libremente, construir lugares de culto e iglesias dentro y fuera de las murallas de la ciudad y comprar lotes de tierra sin peligro de que se les confiscasen. Sin embargo, las catacumbas siguieron funcionando como cementerios regulares hasta el principio del siglo V, cuando la Iglesia volvió a enterrar exclusivamente en la superficie y en las basílicas dedicadas a mártires importantes.
Los Simbolos
Los primeros cristianos vivían en medio de una sociedad mayoritariamente pagana y hostil. Desde la persecución de Nerón (64 después de Cristo) se consideraba que su religión era "una superstición extraña e ilegal". Los paganos desconfiaban de los cristianos y se mantenían a distancia, sospechaban de ellos y los acusaban de los peores delitos. Los perseguían, los encarcelaban y los condenaban al destierro o a la muerte. Como no podían profesar abiertamente su fe, los cristianos se valían de símbolos que pintaban en los muros de las catacumbas y, con mayor frecuencia, grababan en las lápidas de mármol que cerraban las tumbas.
Como a todos los antiguos, a los cristianos les agradaba mucho el simbolismo. Los símbolos expresaban visiblemente su fe. El término "símbolo" se aplica a un signo concreto o a una figura que, de acuerdo con la intención del autor, evoca una idea o una realidad espiritual. Los símbolos más importantes son el Buen Pastor, la "orante", el monograma de Cristo y el pez.
El Buen Pastor con la oveja sobre los hombros representa a Cristo salvador y al alma que ha salvado. Este símbolo se encuentra con frecuencia en los frescos, en los relieves de los sarcófagos, en las estatuas, así como grabado sobre las tumbas.
La orante: esta figura, representada con los brazos abiertos, es símbolo del alma que vive ya en la paz divina.
El monograma de Cristo está formado por dos letras del alfabeto griego: la X (ji) y la P (ro) superpuestas. Son las dos primeras letras de la palabra griega "Christòs" (Jristós), es decir, Cristo. Este monograma, puesto en una tumba, indicaba que el difunto era cristiano.
El pez. En griego se dice "IXTHYS" (Ijzýs). Puestas en vertical, estas letras forman un acróstico: "Iesús Jristós, Zeú Yiós, Sotér" = Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. Acróstico es una palabra griega que significa la primera letra de cada línea o párrafo. Es un símbolo muy difundido de Cristo, emblema y compendio de la fe cristiana.
Otros símbolos son la paloma, el Alfa y la Omega, el ancla, el ave fénix, etc.
La paloma con el ramo de olivo en el pico es símbolo del alma en la paz divina.
El Alfa y la Omega son la primera y la última letra del alfabeto griego. Significan que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas.
El ancla es el símbolo de la salvación, símbolo del alma que ha alcanzado felizmente el puerto de la eternidad.
El ave fénix, ave mítica de Arabia que, según creían los antiguos, renace de sus cenizas después de un determinado número de siglos, es el símbolo de la resurrección.
Los símbolos y los frescos son como un Evangelio en miniatura, una síntesis de la fe cristiana.
Es el lugar más sagrado e importante de estas catacumbas, y se lo llama el "pequeño Vaticano", porque en él se enterró a 9 papas y, probablemente, a 8 dignatarios de la Iglesia del s. III. En sus muros están las inscripciones originales en griego de 5 papas. En 4 lápidas, junto al nombre del pontífice, figura el título de "obispo", porque se consideraba al papa como cabeza de la Iglesia de Roma; y sobre dos lápidas se lee la abreviatura griega "MPT" (mártir).
Los nombres de los papas, grabados en las lápidas, son: Ponciano, Antero, Fabiano, Lucio y Eutiquiano. En la pared del fondo se colocó también al papa Sixto II, víctima de la persecución del emperador Valeriano.
Al lado de la cripta de los papas, está la cripta de Santa Cecilia, la popular patrona de la música. Era de familia romana noble y fue martirizada en el s. III. Fue sepultada donde se encuentra ahora su estatua y venerada allí al menos durante cinco siglos. En el año 821 sus reliquias fueron transpoetadas a la basílica dedicada a ella en el Trastévere.
La estatua es copia de la célebre obra de Maderno, esculpida en 1599.
La cripta estaba toda ella decorada con frescos y mosaicos (comienzos del s. IX). En el muro próximo a la estatua hay una imagen de Santa Cecilia, en actitud orante; más abajo, en un pequeño nicho, se ve la figura del Salvador, que tiene en una mano el Evangelio; junto a él está pintado el papa mártir San Urbano. En una pared del lucernario se ven las figuras de tres mártires: Polícamo, Sebastián y Quirino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario