El Botafumeiro es el enorme incensario usado desde la Edad Media como instrumento de purificación de una catedral en la que se apiñaban las multitudes. Hoy, 800 años después, sigue maravillando a los presentes cuando, tras la Comunión, suena el Himno del Apóstol en los órganos barrocos y este portento de la física comienza su asombroso recorrido pendular frente al altar mayor, para elevarse hasta casi rozar la bóveda del transepto.
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