Todo el pavimento es fruto de una restauración en la década de 1960, y aunque es muy similar al original, se añadieron algunos recuadros de dibujos que antes no existían.
La zona reservada al pueblo está separada por una simple reja de escasa altura pero el coro de legos y el de monjes están separados por un panel barroco que tiene un acceso central con puertas de cristales biselados e incrustaciones de concha, marfil, maderas nobles, nácar y plata realizadas en 1750 por el lego fray José Manuel Vázquez. A ambos lados se ubican sendos retablos que enmarcan un Descanso en la huida a Egipto y un Bautismo, ambas pinturas de Sánchez Cotán.
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