El pozo de más de 15 metros de profundidad que siglos atrás era utilizado para obtener agua. En tal agujero la Santa arrojó las llaves del cilicio (faja para autoinflingirse dolor) que llevaba ceñida al cuerpo. Hoy en día, los devotos depositan en ese hoyo miles y miles de cartas con pedidos y agradecimientos a Dios.
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