Santuario de San Matteo advierte de inmediato la estatua de madera que mira con una mirada solemne y algo inquisitiva desde lo alto de su trono de mármol. La estatua fue tallada en madera dura de olivo silvestre en el siglo. XIII, cuando en los escarpados acantilados del suroeste de Gargano la invocación al santo evangelista aún no sonaba. Representaba a Cristo sentado en un trono mostrando con actitud decidida el libro de su ley, mientras la mano derecha, en lo alto del húmero, bendice al pueblo devoto. Y durante más de tres siglos siguió siendo honrada como imagen de Cristo. La fecha escrita en el libro, 1596, es probablemente la de la transformación definitiva en San Matteo. Podemos adivinar por qué. La devoción al santo, que probablemente se inició a mediados del siglo XV, a finales del siglo XVI, se había extendido por toda la Capitanata y especialmente por el Gargano. La necesidad de exhibir alguna representación del Santo desencadenó la genialidad de algún fraile, que con los oportunos retoques presentó la nueva representación de San Matteo al pueblo devoto. A estar seguro de que la efigie así transformada fue aceptada como la de San Mateo, el fraile reciclador desconocido, después de haber raspado del libro la expresión que presumiblemente decía 'Ego sum via, veritas et vita'.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario