Museo del Gueto, donde se puede encontrar más información sobre la historia de Terezín y las condiciones inhumanas de la vida de los habitantes del gueto. Se divide en dos sedes. El edificio principal fue construido en el siglo XIX para albergar la escuela local y posteriormente utilizado por los nazis como un campo de concentración para niños de 10 a 15 años. Sus dibujos se muestran en las paredes del museo en memoria de las atrocidades que estos niños tuvieron que soportar. La exposición del museo ilustra el ascenso del nazismo y la vida cotidiana del gueto, con una colección de objetos cotidianos de la época. La otra exposición se encuentra en el antiguo cuartel de Magdeburg que fue utilizado por los judíos del gueto como sede de su “ayuntamiento”. Se puede visitar una reconstrucción de un dormitorio, así como testimonios de la vida cultural que floreció dentro del gueto. Pasad ahora a visitar la Pequeña Fortaleza, donde podéis ver con vuestros propios ojos prisiones, celdas de aislamiento, campos de trabajo, depósitos de cadáveres, fosas comunes. El lema de la entrada “El trabajo os hará libres” (Arbeit Macht Frei en alemán) suena irónicamente inquietante teniendo en cuenta lo que os espera una vez pasado el arco de entrada. Los anónimos restos de un enlace ferroviario que traía aquí y hacía salir nuevos presos, pueden ser vistos al sur de la plaza principal en la Gran Fortaleza.
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