La actual basílica está dividida en 5 naves de 130 m de largo. El interior está decorado en estilo barroco fruto de una radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII. De la decoración anterior se conservan el ciborio gótico, el suelo de estilo cosmatesco y el cieloraso de casetones de la nave central, diseñado por Pirro Ligorio y ornamentado por Daniele da Volterra. Los magníficos mosaicos del enorme ábside, aunque reconstruidos, se remontan a la época medieval. En ellos el simbolismo del agua hace referencia al sacramento del Bautismo.
En la nave principal destacan las monumentales estatuas de los doce apóstoles enmarcadas por grandes nichos de marmól verde, encajados en los pilares. Los nichos son obra de Borromini, las estatuas datan de principios del s. XVIII.
Sobre los nichos de los Apóstoles se encuentran representadas algunas escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Más en alto, entre las ventanas, dentro de marcos ovalados de estuco en forma de guirnaldas, están representados varios profetas.
El ara del altar papal se encuentra debajo del baldaquino gótico. Según la tradición se trata de la misma piedra que usaban San Pedro y los primeros papas al celebrar la misa. En su interior se conservan las cabezas de san Pedro y san Pablo en un relicario de plata.
En el ábside se encuentra la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma en mármol y mosaicos. Es una imitación del siglo XIX de la original cosmatesca, con mosaicos y bajorrelieves, que ahora se encuentra en el claustro.
El altar del Santísimo Sacramento está situado en el brazo izquierdo del crucero de la basílica de San Juan de Letrán. Fue construido durante el papado de Clemente VIII en ocasión del Jubileo del año 1600 utilizando cuatro columnas colosales de bronce dorado de época romana. Estas columnas son los únicos restos visibles de la Basílica de Constantino.
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