Cuéntase un milagro de que el capitán Juan García de la Ganda, estaba muy preocupado porque no volvía su navío de Panamá, hacía ya 22 meses y las deudas lo agobiaban. Fray Pedro, mientras yacía en su lecho, le dijo que estaba llegando en ese mismo momento, y así fue.
Sufrió de gota por 29 años, afligiéndose con fuertes dolores. Diez años antes de su muerte le atacó la lepra, y sufrió con las terribles escaras. Así y todo, siempre atendía a los que venían a verlo.
Durante este tiempo, decía tener coloquios con el Niño Jesús, pero también siguió siendo atacado por el maligno.
Ya en su lecho de muerte, muchos se le acercaron queriendo besarle las manos y tocar su cuerpo con rosarios y relicarios.
Pedro Falleció el 7 de Agosto de 1657, a los 73 años, rodeado de su comunidad mercedaria. Su entierro fue grandioso y asistieron el Virrey, los nobles y los humildes. Tres días después de su muerte, sus dedos deformados por la gota y su cuerpo tomado por las llagas de la lepra, se volvieron completamente normales, sin un trazo de sus afecciones.
Su cuerpo está enterrado al pie del altar de la comunión en la Iglesia de La Merced de Lima.
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