La antigua Iglesia de San Blas consiguió sobrevivir al terremoto de 1667, pero no al incendio de 1706.
El arquitecto y escultor veneciano Marino Gropelli fue el encargado de construir la actual iglesia en el año 1715. El resultado es una iglesia con una preciosa fachada en estilo barroco veneciano que contrasta con los edificios renacentistas que le rodean.
Según la leyenda, durante el incendio todos los objetos de la iglesia quedaron destruidos, excepto la escultura de San Blas bañada en oro que podemos ver en el Altar Mayor.
En su mano sostiene una maqueta de la ciudad y se puede ver cómo era la ciudad medieval antes del terremoto.
A la figura se le añadió esta inscripción:
«Todas las demás estatuas de oro, plata y cobre ardieron, pero la de San Blas, protegida milagrosamente, fue sacada intacta de las llamas».
En la parte superior de la fachada hay 3 estatuas, obra de Gropelli: San Blas, la Fe y la Esperanza.
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